Es difícil describir la sensación que tengo en estos minutos, la actitud que adopto al estar nuevamente digitando los botones del teclado... acercando y alejando mis manos de las teclas sin saber como empezar, desde algún ciber por ahi. Es que desaparecí... y olvidé por completo que tenía blog. Las explicaciones están demás...
Yo no me mareo en el mar... casi todos los que están en mi barco se han mareado, ayer, por ejemplo casi nadie bajó a almorzar porque el buque se movía muxo muxo... creo que al final los únicos que bajamos a comer al salón fuimos el Capitán, el Jefe de todas las Máquinas y el que escribe. Comer hace bien para el mareo dicen... te baja el centro de gravedad. Pero lo peor son los mareos en tierra, a mi me han dado un par de veces y es complicado porque se te da vuelta todo y te agarras de lo primero que encuentras a mano para sostenerte... Generalmente el mareo de tierra me llega cuando estoy parado, es como un movimiento oscilante, se asimila al movimiento de un trompo, un movimiento giroscópico, es una sensación asquerosa...
en fin aquí estoy con los pies en tierra firme... pero para mi de firme no tiene nada...
joer... me queda poco tiempo, Neptuno me llama a sus dominios, tengo maniobra, fondearemos a la gira aca en San Vicente... hay que tirar el fierro, o sea el ancla... otro día les contaré la historia de como perdimos el ancla de estribor.
De regalo les dejo el Estrecho de Magallanes...
