sábado, julio 15, 2006

Valparaiso





Tus atardeceres de espuma

Traen a mi presencia

Tu otoño bohemio

Tu aire sencillo


Los navíos te anhelaron

Y a lo lejos

Eras la estrella lejana

Que los marineros ansiaron.







Tus escaleras serpenteantes

Son apariciones fugaces

Entre tenues callejones

Entre casas cromáticas






Herrumbre de techos insurrectos

Furtivas terrazas encantadas

Conforman tu rompecabezas

Sin pies ni cabeza





Cinturón de peldaños oceánicos

Caudales de la sangre porteña

Silencioso palpitar

De la gente del puerto


Cuantas historias

Atestiguan tus escalones

Cuantos amores y desamores

Bajo tus faroles





En cada peldaño perdido

En cada escalera sin rumbo

Mil pasos sin sentido

Van adquiriendo sentido…

Y sentimiento.





Valparaíso te elevas hacia el mar

Te sumerges en el cielo

Entre bares y ascensores

Vuelvo a mi infancia

En tu locura se vive

Y se vive tu locura

En cada amanecer tuyo





Respirar tu esencia

Es respirarme a mi mismo

Es reencuentro

Es renacer

Es sumergirme en tu mar.

lunes, julio 10, 2006

El llamado oceánico



"Rumbo a Chile y a días de desembarcarme, disfruto estos inolvidables ratos libres en los que la comunión con el mar y la naturaleza son plenas, sólo me basta un sextante y el crepúsculo... y el resto se lo dejo al horizonte y a los astros con sus primeras luces titilantes en aquella bóveda, luego todo es como un juego de magia "bajando las estrellas" a esa línea donde se une el cielo con el mar, donde la voz del viento se confunde con el canto oceánico, donde mi voz se pierde también en esta inmensidad... "entre el cielo y el mar"

28 de marzo de 2006


Y así se terminan ciclos y se inician otros, la vida es una espiral sin fin... y ahora se inician días de nuevos horizontes, vientos de cambio y de brisa marina llegan a mi... es como un llamado!!

domingo, julio 02, 2006

Lejanía



Un buque es un mundo aparte y singular. El único nexo que tienen con el mundo normal son los puertos. Un buque es una cultura errante y el intercambio de experiencias entre marinos y la gente de tierra y el ser testigo de costumbres tan distintas a las de uno es un fenómeno que resulta ser bastante interesante y particular. Por ejemplo, en un puerto norteamericano se pueden hallar buques con tripulaciones de orígenes tan diversos que van desde hindúes, filipinos, croatas, chinos, griegos, polacos... el ser testigo de este intercambio cultural es, sin duda, una experiencia invaluable.

Quizás el único denominador común entre tanta pluralidad de culturas de orígenes tan distintos sea el hecho de ser éste un mundo bastante solitario por lo general. Soledad que permite un contacto mas íntimo con uno mismo, disfrutar de cerca este contacto con el mar y su naturaleza cambiante, sus atardeceres de charlas que van desde temas tan "vanos" como hablar de mujeres (weno igual es un tema importante jaja) hasta temas de mayor profundidad y trascendencia (esos temas que lo hacen a uno "filosofar") siempre queda un tiempo para el relajo y el pensar. Por otro lado, esta soledad pesa sobre todo en navegaciones largas y distantes, singladuras que hacen extrañar poner pies en tierra... con respecto a esto último la convivencia y camaradería es bastante importante. Según mi experiencia me he sentido bastante afortunado hasta ahora y creo que esta relación que llevo con este mundo errante y milenario perdurará por un buen tiempo más... (si da para llegar a ser capitán sólo Dios lo dirá... jejeje)

Entre el cielo y el mar ... un bitácora de viaje.