jueves, noviembre 13, 2008

Reorientando la brújula

Creo que en el último tiempo el dinero se ha ido convirtiendo en la medida absoluta de las relaciones entre los hombres. A pesar de eso no pierdo la esperanza de que llegue aque día en que las personas sean valoradas por lo que son, por sus capacidades, su manera de pensar y de hacer... incluso a veces tengo la sensación de que estuviesemos cerca de ese cambio, en el que este modelo económico que nos aleja de la felicidad y nos obliga a competir entre hermanos, que nos daña y nos desune cada día más, en donde ya no hay tiempo para detenerse a ayudar a quién más lo necesita y en donde mas bien nos vemos obligados a estar a la defensiva ante cualquier eventual embestida por parte de quien menos lo esperas. Es el modelo de la infelicidad y la avaricia que va devorando sueños y esperanzas, que probablemente esté en su punto culmine... aquel punto en el cual la sociedad dará el giro definitivo hacia una concepción diferente de humanidad, en donde todos somos parte de un todo que fue modelado para funcionar de manera armoniosa, un mundo en el cual todos somos igual de importantes y nos complementamos mutuamente hacia un fin común; el amor al prójimo y la búsqueda de la verdadera felicidad.





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Entre el cielo y el mar ... un bitácora de viaje.